BambiDiscovery

Sexo, drogas y ropa de diseñador son la fuerza vital y brutal detras de una heroína que se define a si misma como una "extraña mezcla entre Madonna y Paquita la del Barrio"

martes, enero 23, 2007

¡Mueve el bote, Bambi! (Parte 3)

Bien pagá,
si tú eres la bien pagá
porque tus besos compré.
Y a mí te supsite dar por un puñao de parné.
Bien pagá, bien pagá,
bien pagá fuiste, mujer
Raphael



Comer una buena polla es algo que se debe hacer a diario, es muy buen ejercicio para la mandíbula además si no te los tragas, cero calorías, lo digo yo.

En fin, como TODOS recordaran, yo me encontraba saboreando tres enormes trozos de pinga policial, mismos que chupaba y embuchaba alternadamente. Los hombres bufaban de placer y me alentaban a dar lo mejor de mí a través de improperios, golpes y jalones de pelo; y yo encantada pensando “me lo merezco por ser una perra”. El moreno empezó a tener la respiración entrecortada y sin decir agua va, agua viene, arrojó un chorro espeso que me cubrió de una mejilla a los pechos; el rubio le siguió y comprendí que era tiempo de poner, sumisamente, la otra mejilla.

Sólo faltaba uno: el grandulón de bigote, con alarde de dramatismo para imponerse a sus subalternos. Sacó su miembro del húmedo resguardo de mi boca y lo colocó en medio de mis enormes pechos. Se frotó el pene con ellos y los estrujaba con tal fuerza que creí que los había confundido con pelotas anti-estrés además movía la pelvis como si estuviera poseído por el demonio o por el espíritu de Elvis Presley; los movimientos eran violentos y erráticos, por un momento pensé que me sacaría un ojo.

De pronto, empezó a hacer un escándalo de gemidos y sonidos guturales, como quien fuera a explotar, yo me sujeté del escritorio porque imaginaba que se vendría en una cascada de jugo seminal que me golpearía en la cara con la fuerza de una manguera de bomberos. Pero resultó una verdadera sorpresa porque lo que salió fue una flatulencia muy sonora y de un olor terrible. El sonido fue tan fuerte que un oficial que estaba en cubierta bajó corriendo y disparó a diestra y siniestra, el bigotón, el rubio y el moreno al descubrirse desnudos corrieron despavoridos y yo aproveché el alboroto para salir de ahí.

¿Se preguntarán cómo le hace una mujer semi-desnuda, y cubierta de secreciones, para huir de la guardia costera de unos de los países más desarrollados del mundo? Bueno, es que no soy una mujer cualquiera, así que en el momento en que salí a cubierta unos turistas me dieron “aventón” en su velero, de regreso a México. Como no traía dinero conmigo, una vez más utilicé mi cuerpo como moneda.