BambiDiscovery

Sexo, drogas y ropa de diseñador son la fuerza vital y brutal detras de una heroína que se define a si misma como una "extraña mezcla entre Madonna y Paquita la del Barrio"

miércoles, noviembre 29, 2006

Una nueva sección

Sé que arden por saber en qué terminó mi historia sexo-naval, puercos. Pero no se las pienso contar todavía, se han portado muy mal conmigo, nadie me ha enviado regalitos costosos; les advierto que navidad se acerca y Bambi necesita más diamantes. Así que los voy a castigar…

Mientras tanto voy a introducir un nuevo apartado en este diario. ¿Está bomba o está Bambi ? La gente está muy confundida ahora; abusan de la democracia y creen que pueden pensar por sí mismos, vestirse a su gusto, votar por el PRD, ver Lety la Fea, en fin una serie de errores desproporcionados. Es por eso que ahora les voy a proporcionar una guía sobre lo que está de moda esta temporada y lo que NO se debe hacer bajo ninguna circunstancia.


Bomba
Los perros Chihuahueños están súper bomba, olvídense de Paris Hilton y su Tinkerbell, olvídense del perro pulguiento de Belinda. Es más, si tienen uno de esos perros tírenlos o hagan como yo que le pedí al veterinario que le pusiera la inyección letal a mis perritas Lucía y Verónica, luego un taxidermista muy talentoso me las dejó divinas, para la posteridad. Ahora decoran mi sala con su belleza estática.


Bambi
La moda ahora es adoptar un niño africano, entre más pobre el país y más trágica la vida del niño, mejor. Pero asegúrense de que sea huérfano, eso es muy chic y además así no se meten en líos con la policía. Yo por ejemplo, en mi último safari me traje dos, claro que su madre no los quería soltar, la tuve que ahuyentar a escopetazos ¡qué terca mujer! Pero valió la pena, ahora los llevo a los antros, a los raves y soy la sensación.




Bomba
Britney casada, panzona y harapienta. ¿Cómo se le pudo ocurrir hacer todo eso? No sé qué es peor ¿estar panzona o harapienta? Lo que si puedo asegurar es que es muy bomba.


Bambi
La Britney de ahora está muy, muy Bambi. Es delgada, divorciada y, aunque sigue igual de harapienta ya no usa calzones. Esto es lo que yo llamo un ejemplo de liberación femenina.




Bomba
¿Cintos en la cintura? ¡Qué estupidez! ¿A quién se lo ocurre? Eso está trés passé.



Bambi

Ahora todas debemos traer el cinto lo más alto posible, casi, casi como un segundo brassiére. ¿Suena lógico? Para nada, pero así es la moda, además si todas lo traen te sientes menos ridícula.




Bomba
Estar casado. Qué horror el compromiso y una vida llena de monotonía y gastos compartidos.


Bambi
Lo de hoy es divorciarse, gente muy guapa y muy fina como Britney Spears Pamela Anderson y Jessica Simpson ya lo están haciendo. Así que vamos ¿Qué esperan para llamar a sus abogados y declarar diferencias irreconciliables?


Besitos de champagne;

Bambi D.

jueves, noviembre 02, 2006

¡Mueve el bote, Bambi! (Parte 2)

Decídete...
no lo dudes mas decídete...
que no puedo resistir sin tenerte
maldita mi suerte
Luis Miguel


Para ser honesta, ser arrestada ya no me provoca la misma excitación que en los 80s; los policías eran despiadados, crueles, unos verdaderos doberman y no se andaban con esas mariconerías de los derechos humanos. Así que cuando nos condujeron a una celda en el nivel inferior de la embarcación a punta de macanazos, yo reaccioné con espléndidos bostezos.

Los detenidos éramos cuatro: Félix, sus dos guardaespaldas (por cuya ineptitud fuimos aprehendidos porque mientras Félix me penetraba ellos estaban de fisgones, en vez de estar vigilando), y por supuesto yo, que hasta en esas circunstancias me veía paradisíaca: el pelo rubio-castaño, alborotado, muy natural; unas zapatillas Jimmy Choo en azul marino (que ironía), unas bragas de encaje negro y nada más, porque el brassiére lo había dejado en el yate de Félix.

Y pues ahí estaba yo: topless y esposada por la espalda, con las boobies apuntando airosas hacia nuestros custodios, desbordadas entre los barrotes. Era una situación un tanto graciosa, los senos estaban libres pero el resto de mi cuerpo encarcelado. Situación que no pasó desapercibida por los policías, hacían cualquier movimiento para acercarse a mis nenas y rozarlas “accidentalmente”, o darme un pellizco en los pezones. Yo permanecía impávida, porque ese tipo de demostraciones no me intimidan, no soy como otras chicas, además que cuando estás de vodka hasta el culo, la realidad se vuelve optativa.

Al cabo de un tiempo una voz, aguardentosa y mandona se escuchó, bring the bitch, we’re getting some pussy before we get to the shore. No les pienso traducir, estudien inglés, el caso es que estaban hablando de mí y quién mandaba no se veía porque el sonido venía de la cámara contigua. Dos guardias abrieron la puerta de la celda y me llevaron a rastras a aquella habitación. Yo seguía en mi actitud de hagan-lo-que-quieran, aunque confieso que la autoridad de esa voz, me había puesto cachonda.

El sujeto era un fortachón de casi dos metros, cabello oscuro, cara rugosa y angulada, un bigote tupido y una mirada burlona. Nada mal para un policía de aguas. Los guardias a mis costados, también estaban como para una despeinada, uno era alto, rubio, delgado pero fuerte, como de ascendencia noruega o sueca, el otro era más compacto y no pude distinguir si era hispano o mulato, pero su piel era ligeramente oscura y el cabello crespo y muy corto.

En eso estaba cuando el rubio me pateó por las corvas y caí hincada ante el escritorio del fortachón de bigote. Gesto que me incomodó un poco, porque si me lo hubiera pedido lo hubiera hecho, entiendo perfectamente el inglés. I hope you’re hungry, you cock-eating mexican whore because today you’ll be eating my cum and theirs, dijo el bigotón, algo así como “bienvenida al bufete de pingas”. Supuse que no esperaban una respuesta, así que me quedé a la expectativa.

Los tres se abrieron el zipper y desenfundaron sus miembros y pude contemplar sus diferentes colores, cantidad de venas y diferente estado de erección; lo que me llevó a la siguiente reflexión. En esta vida hay dos tipos de penes: los predecibles y los desconcertantes: el bigotón y el rubio pertenecían a la primera categoría, son penes que incluso flácidos se ven grandes así que no hay duda de que alcanzaran un tamaño óptimo; por otro lado los desconcertantes son pequeños pero en un acto de milagro sanguíneo pueden incrementar su dimensión de manera insospechada, ese era el feliz caso del moreno. En cuestión de segundos los tres tipos estaban de talla mayor y yo me encontraba ante un terrible dilema ¿por dónde empezar? ¿Cómo elegir entre gigantesco, enorme y descomunal?

Claro que no les pienso decir ahora; esta historia continuará ...

Besitos de Champagne;

Bambi D.