BambiDiscovery

Sexo, drogas y ropa de diseñador son la fuerza vital y brutal detras de una heroína que se define a si misma como una "extraña mezcla entre Madonna y Paquita la del Barrio"

miércoles, septiembre 27, 2006

Borrachas Provincianas

Si hay algo que me gusta - además de los penes enormes, los hombres calientes, las bebidas a base de vodka, las sustancias ilegales, la ropa de diseñador y de nuevo los penes enormes - es una canción pegajosa y divertida.

Así que mientras me decido a contar mis roces con la guardia costera norteamericana les dejo un video muy mono, de unas chicas muy simpáticas: Las Borrachas Provincianas con su super éxito Maricas Adolescentes.



Besitos de Champagne;

Bambi D.

jueves, septiembre 07, 2006

¡Mueve el bote, Bambi!

"Si no te cabe en la boca, siéntate en él”
Yo.


“A ver, Bambi. Entonces tu fuiste a votar y según tú, te confundieron con un trasvesti; ¿y luego que hiciste?” me preguntó mi amigo Félix “El Gatuno” Arellano. Le expliqué lo acontecido mientras él pescaba y yo alegraba mi existir con un martini exageradamente embriagante y delicioso, combinado con otras dos de mis actividades favoritas que producen cáncer: fumar y tomar el sol. Estaba apunto de narrarle el desenlace de esa aventura cuando a lo lejos vimos una pequeña embarcación con tres hombres muy, muy folklóricos.

“Por favor, ayúdenos, tenemos dos meses a la deriva”, suplicó uno de ellos. Yo seguí bebiendo y fumando, no por indiferencia, pero como no era mi yate… pues no podía tomar este tipo de decisiones ejecutivas. “¡Vámonos a la chingada!” ordenó Félix que odiaba ser interrumpido mientras pescaba. “En este país, hasta en el mar hay limosneros”, agregó al arrancar la embarcación.

Yo no soporté ver a esos hombres fallecer de hambre y sed en el mar; entonces rápidamente tomé una botella de vodka, una coctelera y puñado de aceitunas. Arrojé todo tan fuerte como pude pero estaba tan ebria que la botella y la coctelera cayeron dentro del yate, sólo un par de tristes aceitunas quedaron flotando. Así que mientras nuestro bote se alejaba me quité el sostén y agité a mis pechos en dirección de los desamparados, para darles un poco de felicidad y un muy sincero bon voyage.

Félix debió haberse excitado por mi pose tan sensual porque arrancó lo que me quedaba del traje de baño (un diseñito Gucci, un poco retro, muy a la Ursula Andress en “Dr. No”), y me puso boca abajo en el piso; después del típico abuso con la caña de pescar, me poseyó de manera brusca y primitiva. Yo en ningún momento dejé de fumar, ni de beber mi martini, llevábamos una semana en el mar y aquello ya era una rutina. O al menos eso pensaba.

Como tenía los fuertes jadeos de Félix en mi nuca y la cara hundida entre cuerdas llenas de algas no me percaté de que teníamos visitantes. “Stop the boat, you are all under arrest!” vociferó uno de los desconocidos que resultó ser guardia costera de los Estados Unidos. Como toda una veterana de los operativos policíacos sabía que aquello eran malas noticias, lo dijeran en inglés o en español. ¿Por qué siempre me toca estar en el bando de los malos?


Esta historia continuará, claro que continuará ….